20 de julio de 2010

Madre Tierra, Nuestra Casa Común

Rendirle culto a la Madre Tierra es una práctica milenaria de los Pueblos Originarios, es reverenciar a la Pacha Mama del aymara y quechua Pacha igual a tierra y Mama la tierna deidad dadora de vida de los pueblos indígenas de los Andes en América del Sur. Venerar el Abya Yalá, nombre dado al continente americano por los primeros habitantes de nuestra América Central y algunos del Caribe, como los Kuna de Panamá y Colombia quienes tenían como práctica respetar a la Tierra Madura, la Tierra Viva, la Tierra en florecimiento.

La culturas ancestrales de todos los continentes en Norteamérica (Esquimales, Inuits, Anasazi, Apaches, otros) en Mesoamerica (Olmecas, Zapotecas, Toltecas, Cholultecas, Teuchitlánes, Otomíes, Purépechas, otros) en Centroamérica y el Caribe (Mayas, Pipil, Tainos, Chibchas) en Sudamérica (Aymaras, Incas, Mapuches, Quitus, Waris, Valdivias,Tayronas otros) todos en su cosmovisión reconocían que la humanidad y la tierra son uno indisoluble e indivisible.

De igual manera las tribus africanas, las primeras comunidades australianas y los pueblos asiáticos todos ellos veían a la Madre Naturaleza como la gran Magistrada, la Educadora Máxima, la Fuente de la vida, de los alimentos, todo lo que ELLA proveía era sagrado, todo venía directamente del Uno, el Creador. Todos los elementos esenciales eran resguardados: la tierra, el fuego, el aire y el agua, cada uno de ellos constituían el equilibrio de la existencia humana, animal vegetal y de todas las formas de vida.

Para los que somos cristianos el relato del Génesis (principio, comienzo) establece que “En el principio creó Dios los cielos y la tierra…, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas…y dijo Dios: sea la luz... y fue así llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares, pues dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él…e hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno... y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra…Creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread…Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase… (Génesis capítulo I fundamento del Cristianismo y Judaísmo)

De acuerdo a los Ecoteólogos El Ser Supremo, la energía creadora coloco a los seres humanos como Oikos, como administradores, mayordomos, cuidadores, guardabosques, guardaríos, guardavidas y no como propietarios, ni como poseedores, ni como dueños de la la Oiko Menes, la Casa Común. No era su casa, era la casa de todos y todas.

Ruptura de vínculos armoniosos

Con el devenir histórico en las Épocas Antiguas, Modernas y hoy Posmodernas casi todos nos olvidamos de estos grandes principios de vida y la mayoría de los modelos económicos, políticos, comerciales, industriales, productivos, arquitectónicos, informáticos, energéticos que creamos orgullosamente nos empezamos a relacionar con nuestra Madre como si fuera nuestra propiedad, mercancía, bien comercializable.

Se rompieron todos los vínculos armoniosos y comenzamos los grandes ecocidios, a deforestar, a talar los bosques tropicales y húmedos, hasta convertirlos en desiertos; a contaminar todos los depósitos de agua, a contaminar los ríos, lagos, lagunas y mares con desechos sólidos y líquidos; a exterminar las distintas especies animales; a lanzar gases sin límites a nuestro techo celeste, a usar combustibles de fósiles lo que ha aumentado la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera. La cantidad de CO2 atmosférico había permanecido estable, aparentemente durante siglos, pero desde 1750 se ha incrementado en un 30% aproximadamente. Lo significativo de este cambio es que está provocando un aumento de la temperatura de la Tierra a través del proceso conocido como efecto invernadero. (Tablero Héctor 2008); a sembrar agroquímicos y transgénicos, en vez de semillas originarias. El Cambio climático global, la destrucción de la capa de ozono, la pérdida de biodiversidad, la contaminación de los océanos, la erosión de todas las elevaciones de tierra (mesetas, volcanes, montañas) hasta convertirse en planicies secas, son algunos de los problemas ambientales causados por una sola especie, los humanos.

El caos de la basura, ha sustituido el equilibrio de los ecosistemas, hábitos de consumo desmesurados, todos lanzamos una bolsa plástica al aire, empresas nacionales e internacionales que arrojan todo tipo de químicos generando residuos y megas focos de contaminación a cielo abierto. El 71% de la superficie terrestre del planeta está compuesta por agua pero solamente el 0.4% es accesible y consecuentemente, potabilizable. (Merlino y Massone 2005).

Este espacio es insuficiente para seguir narrando lo que todos los días vivimos y hacemos, hemos herido a nuestra madre, ella esta triste, está muriendo, muriendo ella morimos y desaparecemos todos. Perdimos nuestra misión de ser guardavidas y mayordomos de la creación para convertirnos en exterminadores de la vida.

Nuestro Planeta ante tantas heridas se mueve del dolor, generando terremotos, maremotos, inundaciones, sequias, los suelos sin capacidad productiva, deslaves y desaparición de islotes. Estamos celebrando El Día de la Tierra, pero ¿tenemos algo que celebrar? O es momento de pedir perdón a nuestra Madre y cambiar de actitud, de estilos de vida, de formas de producción, comercialización e intercambio, de colocar la vida de las generaciones presentas y futuras por encima de los intereses financieros, del lucro desmedido del presente.

En todo el mundo se está cantando y bailando en honor a la Madre Tierra, son millones de ambientalistas y buenos hijos e hijas de la Mama Común que hoy gritan: Usemos energía Renovable. Energía Eólica, Geotérmica, Solar. Reduzcamos, Reusemos y Reciclemos Todo. Reforestemos, preservemos, conservemos y rescatemos todos los recursos naturales. Produzcamos desde la agroecología. Reconozcamos que el agua, el aire, la tierra, la energía natural son derechos humanos

Todavía estamos a tiempo de salvar nuestra Casa Común, nuestra vida y la vida futura

* El autor es Abogado y Sociólogo ccasaabierta@yahoo.com

Publicado en El Nuevo Diario por Carlos Emilio López el 22 de abril del 2009

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