Los adolescentes podrán contraer matrimonio, con el permiso de sus padres, a partir de los 16 años y no desde los 14, de acuerdo con el nuevo Código de la Familia, que entró en vigor el pasado 8 de abril.
El Código de la Familia derogó lo que establecía el Código Civil (1904), que permitía a las mujeres contraer nupcias, con el aval de sus padres, desde los 14 años, y a los varones desde los 15.
Por otro lado, tanto hombres como mujeres podrán casarse desde los 18 años sin necesidad de tener el permiso de sus progenitores. Antes, el varón debía esperar hasta los 21 años.
Regulación
Carlos Emilio López, diputado y miembro de la Comisión de la Mujer, Juventud, Niñez y Familia de la Asamblea Nacional, explicó que la medida permitirá regular estas uniones.
“No podemos prohibir el matrimonio entre adolescentes, es más, lo estamos regulando ahora con el Código de la Familia, pero lo deseable es que los matrimonios no se den en el período de la adolescencia. No es deseable. Las personas deben contraer matrimonio cuando han concluido su período de formación educativa, cuando han alcanzado plenas facultades físicas, psicológicas, matrimoniales, que les permita tener independencia, tener autonomía. Sin embargo, eso no lo podríamos cambiar por decreto, por una orden legislativa, no vamos a cambiar esa realidad”, señaló López.
La diputada Martha Marina González, presidenta de la Comisión de la Mujer, Juventud, Niñez y Familia, aclaró que la excepción no busca promover los matrimonios o unión libre entre los adolescentes, sino, que “si se da la ocasión de que una joven se quiere casar o se la lleve el muchacho y luego dice ‘me quiero casar’, solo se puede casar con la autorización de los padres”.
¿Por qué cambió la ley?
Esta modificación responde, entre otras cosas, a que a los 14 años una mujer “está saliendo de la etapa de la niñez y está entrando a la etapa de la adolescencia. No ha evolucionado totalmente en sus condiciones psicológicas, sus condiciones físicas. Estamos hablando de alguien que está terminando la primaria o iniciando la secundaria. No ha desarrollado las facultades para asumir esas responsabilidades”, dijo López.
Ana Lucía Silva, especialista en Protección del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), estimó que este cambio, si bien representa un avance, no será suficiente para frenar la alta tasa de niñas casadas en el país.
“El matrimonio adolescente debería ser algo más pensado, no algo tan fácilmente autorizado por la familia. Estamos hablando de una persona que está en crecimiento, en desarrollo y que el hecho de casarse podría hacer que la impida desarrollarse totalmente. En sus estudios, en las metas que tenga esta adolescente. Realmente no es el estado ideal”, afirmó la experta.
Además, señaló que con esta nueva normativa Nicaragua logra una legislación coherente con convenciones internacionales, como la de los Derechos del Niño y la de la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, que establecían los 18 años como la edad mínima para casarse.
Normas sociales
Otro argumento considerado por los legisladores es que la permisividad del matrimonio a los 14 años se prestaba al encubrimiento de abusos sexuales.
“Llegaban a acuerdos con las familias y se casaban con ellas para evitar un proceso penal, evitarse el conflicto con la familia. Los hombres evadían un acto delictivo, un acto de abuso sexual y la sociedad de alguna forma lo justificaba permitiendo el matrimonio con una niña”, agrega Silva.
Nicaragua con elevada tasa de matrimonios adolescentes
Condiciones • Nicaragua puntea entre los países con una elevada tasa de matrimonios entre adolescentes.
De acuerdo con un informe realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en 2014, Nicaragua es el primero de los cinco países latinoamericanos con mayor número de menores de edad casadas, junto con Honduras, Guatemala, El Salvador y México.
Según cifras presentadas en el estudio, 30 de cada cien niñas entre 15 y 19 años están casadas en Nicaragua. Esta cifra, destaca el informe, es tres veces mayor a la de países como Pakistán y Ghana.
Además, el más reciente Índice de Progreso Social (IPS), indica que Nicaragua es el país de América Latina con la tasa más alta de embarazos adolescentes.
Estos países, advierte Ana Lucía Silva, especialista en Protección de Unicef, cuentan con normas sociales e índices de pobreza similares, lo que explica que tengan altos niveles de matrimonios precoces.
“Muchas veces un adolescente cree que lo único que puede hacer es casarse”, por lo que recomienda que se hagan mayores esfuerzos por mejorar la educación y las normas sociales establecidas, con el fin de incentivar a la juventud a plantearse otro tipo de metas, más allá de la formación de una familia.
A nivel mundial, indica el estudio de Unicef, entre los diez países con más matrimonios precoces hay una predominancia de naciones africanas entre las que están Níger, el más alto de todos con 61%, Mali y Mozambique.
Publicado en El Nuevo Diario por Velia Agurcia el 16 de abril del 2015.
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