|
||||||
Carlos Emilio López, Procurador Especial de la Niñez y la Adolescencia, junto al titular de la PDDH, Benjamín Pérez y la Procuradora Especial de la Mujer, Patricia Independencia Obregón, durante la presentación del informe preliminar de la RAAN. | ||||||
Como si habitaran en una isla olvidada, lejos de la civilización, así se encuentran los pobladores de Siuna, Puerto Cabezas, Waspán y Mulukukú, donde las instituciones del Estado brillan por su ausencia, según revela el informe preliminar que presentó la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), sobre las condiciones de los derechos humanos en esas zonas marginadas por el gobierno.
Carlos Emilio López, Procurador Especial de la Niñez y la Adolescencia, quien visitó estas comunidades, señaló que entre las necesidades más sentidas de los pobladores de la Región Autónoma Atlántico Norte (RAAS), están la falta de empleo, acceso al crédito, vivienda, agua potable, energía eléctrica, salud y la pérdida de las cosechas.
“En las riberas del río Wanki los misquitos perdieron sus cosechas de arroz y frijoles, y están demandando con urgencia semillas, si éstas no llegan ya, se desatará una situación de hambre generalizada para las comunidades indígenas y esto el gobierno lo debe prevenir”, indicó López.
ESTADO AUSENTE
Señaló que una de las causantes de los problemas que viven a diario los pobladores de la RAAN es la poca presencia de las instituciones del Estado que vigilen por la seguridad de los habitantes.
Indicó que en las comunidades visitadas por la PDDH, se constataron altos niveles de analfabetismo, poca presencia de personal médico, falta de medicamento básico para combatir las enfermedades más comunes como diarreas, infecciones respiratorias, malaria y parasitosis.
Esto, a juicio de López, hace más vulnerables a los pobladores, quienes además de las enfermedades comunes son víctimas de enfermedades de la piel y tuberculosis.
DECAPITAN, VIOLAN O ABUSAN DE NIÑEZ
El Procurador Especial de la Niñez señaló que durante la visita a estas comunidades constataron que decenas de niños y niñas trabajan más de ocho horas diarias en cultivos de arroz, frijoles, yuca y plátanos, como buzos y ayudantes de cocina en barcos pesqueros, como güiriseros, escarbando de 2 a 3 metros para luego lavar la broza y sacar oro.
Además, en su mayoría son víctimas de violencia sexual e intrafamiliar. “Se reportaron muchos casos de niñas y adolescentes violadas y abusadas sexualmente por sus padres, trabajadores agrícolas, finqueros y maestros; así como niñas y mujeres golpeadas, mutiladas, flageladas y asesinadas por decapitaciones”.
Señaló que los menores no tienen acceso a la educación ni a los servicios básicos, no cuentan con centros, programas o espacios para la cultura, deporte ni la sana recreación que les permitan un mejor desarrollo y que, al contrario, son víctimas del tráfico de drogas.
PONER FIN A FLAGELO
Norman Bent, Procurador Especial de los Pueblos Indígenas, manifestó que la problemática de la droga es una situación que el gobierno debe resolver inmediatamente. “Tiene el deber de resolverle a la población en general y principalmente a la niñez que es la más afectada”.
Publicado en La Prensa por Mariela Fernández el 21 de mayo del 2003
No hay comentarios:
Publicar un comentario