9 de octubre de 2010

Expertos sugieren escuchar a los niños


Foto
.“Creo que estamos acostumbrados a oír a los niños, pero no a escucharlos. No internalizamos los problemas que ellos sienten o perciben en el ambiente familiar, la comunidad, la escuela y la vida ciudadana”, agregó
Carlos Emilio López y Juan Aguilar.


El desencanto que reflejan los niños, niñas y adolescentes sobre temas que afectan su persona, su entorno familiar y social, debe obligar al gobierno y a toda la sociedad a replantearse la necesidad de escuchar y tomarlos en cuenta en la toma de decisiones que les competen, opinan expertos.

El doctor Juan Aguilar, representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), organismo que acaba de presentar la encuesta regional “La Voz de los Niños, Niñas y Adolescentes de Latinoamérica y el Caribe”, opina que el estudio debe servir como base para abrir un debate serio sobre la importancia que tiene la opinión de los niños.

“Cuando le damos a los niños y a los adolescentes la oportunidad de expresarse libremente, sin manipulación, se crea personas más seguras”, dijo Aguilar.

“Creo que estamos acostumbrados a oír a los niños, pero no a escucharlos. No internalizamos los problemas que ellos sienten o perciben en el ambiente familiar, la comunidad, la escuela y la vida ciudadana”, agregó.

Según Aguilar, ahora que millones de niños y adolescentes de la región han expresado sus principales preocupaciones en torno a lo que perciben del trato y convivencia con sus padres, cómo desean participar en la escuela, qué esperan de sus gobernantes y cómo les gustaría ser sujetos de derecho en todos los ámbitos, “hay que pasar de la reflexión a la acción”.

Aguilar reconoce que aunque existe una serie de instrumentos legales internacionales y locales para hacer respetar los derechos de la niñez y de los adolescentes, éstos no se cumplen porque los adultos ven a los niños como seres diferentes.

El Procurador Especial de la Niñez, Carlos Emilio López, sostiene que los niños no son escuchados porque persiste la “cultura del adultismo”, donde los más grandes, especialmente los padres, creen que son dueños de la mente, el cuerpo y los deseos de los más pequeños porque los ven indefensos.

“Los niños, las niñas y los adolescentes en la familia son vistos como propiedad. El rol de ellos es cumplir órdenes, estar enmarcados en un sistema de prohibiciones y reglas. No son vistos como miembros de la familia que tienen los mismos derechos de los adultos”, explicó.

A su juicio esto se repite en la escuela donde los maestros ven a los niños como receptores de información que deben cumplir tareas y memorizar información, y no como alguien que puede sugerir e interactuar.

“Hay que repensar las formas de relacionarnos con los niños y cómo participan en la familia, la escuela y la comunidad para que haya relaciones democráticas donde los padres respeten a los niños y no sólo los golpeen, les griten, amenacen o chantajeen, sino que les den cariño, cuido y protección”, apunta López.

Por su parte la coordinadora nacional de Save the Children Suecia, Nelly Castillo, opina que se ha avanzado, pero falta una actitud real de escucha de sus planteamientos.    



Publicado en La Prensa por Karla Marenco el 23 de junio del 2000

No hay comentarios:

Publicar un comentario