11 de junio de 2010

Los niños son las principales víctimas del sistema

Carlos Emilio López Hurtado: Procurador de la Niñez y la Adolescencia 

El joven funcionario público, a sus 32 años ha estudiado Teología, Sociología y Derecho, en aras de ayudar con sus conocimientos a las personas más necesitadas del país. Dice que no es de los que duermen en el suelo y se levantan con pijama; ni sale con un palillo en la boca como si comió carne, cuando en realidad comió frijoles


Carlos Emilio López Hurtado, de 32 años, es el Procurador de la Niñez y la Adolescencia. Nació en el Barrio Cuiscoma, uno de los más populares de Granada. Dice que no es de los que duermen en el suelo y se levantan con pijama; ni sale con un palillo en la boca como si comió carne, cuando en realidad comió frijoles.

Su oficina es sencilla, al extremo que su escritorio no tiene una silla adicional para que los visitantes se sienten. Sólo hay un par de muebles cómodos, una mesa pequeña con varios libros encima, un mostrador dominado por fotografías de su hijo, la infaltable computadora y una puerta en un rincón.

Cuida mucho su apariencia. No inicia la entrevista sin antes preguntar si la fotografía sería publicada a colores o en blanco y negro. Así que después de dudar por un segundo, su asesora lo aconseja, abre la puerta misteriosa en el rincón de la oficina, y sin esconderse busca la camisa más adecuada para salir en el periódico. Sabía que no está la camisa blanca y se conformó con una azul.

A pesar de tener un día muy agitado, más la hora inadecuada de la entrevista (casi dejó a medias una reunión, y ya es de noche), su tez cambia al retroceder el casete de su historia, aunque tal parece que lo tenía en punta.

“Allí nací, a dos cuadras del mercado, mi primaria y secundaria la estudié en Granada, pero, como parte de la cultura de los granadinos, inicié mis estudios en escuelitas pagadas antes de ir a kinder”, recuerda.



LA PRENSA: Hablando del Código de la Niñez y la Adolescencia, ¿cómo lo defiende de quienes lo valoran como escudo de la delincuencia?

Carlos Emilio López Hurtado: Los que dicen eso es porque no conocen el Código, éste no promueve impunidad, sino que busca que los niños, niñas y adolescentes sean tratados como tales, que sean diferenciados de un adulto.



LP: ¿Por qué eligió el tema de la niñez?

CELH: Soy un convencido que la posibilidad que este país se enrumbe por las vías del desarrollo, es que toda la sociedad voltee su rostro hacia la niñez. Creo que ahí está la clave de la democracia, la justicia, sostenibilidad de la nación, de ser un país competitivo para tener una mejor calidad de vida. Si nosotros invertimos hoy en la niñez, que es más de la mitad de los nicaragüenses, si les damos capacitación y los convertimos en depositarios de conocimientos y valores, tendremos un país con una fuerza de trabajo técnica, especializada y nos permitirá elevar nuestro nivel de productividad, porque la niñez es un sector estratégico.

Pero hoy los niños son las principales víctimas del sistema, ellos son los que pagan los costos del ajuste estructural y del equilibrio de los indicadores macroeconómicos con menos educación, salud, inversión en recreación y todo lo que tiene que ver con promoción humana.



LP: Es muy joven para ser Procurador de la Niñez y la Adolescencia.

CELH: Todo lo he empezado muy joven, todo, todo en mi vida.

Empecé en escuelita pagada a los dos años prácticamente, después ingresé a primaria y estudié en el Colegio San Antonio y allí me gradué, la secundaria la estudié en el Colegio Salesiano y en el Instituto Nacional de Oriente Pedro Arauz Palacios.



LP: ¿Qué tal estudiante fue?

CELH: Toda mi primaria y toda mi secundaria fui buen alumno, de los mejores, siempre estuve entre los tres primeros lugares. Recibí varios reconocimientos.



LP: ¿Esa calidad trascendió más allá del colegio?

CELH: Fui también el mejor alumno del Departamento de Granada.



LP: ¿Ratón de biblioteca?

CELH: No. Fui un adolescente muy vinculado al deporte. Hice mucho deporte en mi adolescencia.



LP: ¿Varios o uno en especial?

CELH: Jugué fútbol e hice mucho atletismo de carreras de velocidad... me fascinaba la velocidad, fui campeón en carreras de 100 metros, 4x100, salto largo, salto alto, hice mucho ese tipo de deportes. Me fascinaba jugar y estudiar.



LP: ¿Y en el barrio?

CELH: Jugué todos los juegos populares de correr en Granada: la bandera, la libertad, la pañoleta, la sandía, el tesoro escondido. Se necesitaba mucha velocidad y agilidad para esquivar. Ahora los adolescentes pasan con el Nintendo, frente al televisor.



LP: Supongo que todos querían tenerlo en su equipo.

CELH: Sí, así es (responde con entusiasmo). Fui un líder desde chavalito.



LP: ¿Es fácil ser un líder?

CELH: Esa es una de las bendiciones que he tenido en mi vida. En todos los espacios que he andado han sido espacios donde he sido punto de cohesión, de articulación, de consenso, de aglutinamiento.



LP: ¿Su liderazgo es nato o vino por necesidad?

CELH: Yo creo que es una conjugación de varios factores. Siempre he sentido la necesidad de hacer algo por la gente, por la comunidad, por los jóvenes, por los niños, por el barrio, por la iglesia y en mis últimos años por los derechos humanos.



LP: ¿Cómo se creó ese líder?

CELH: Yo organizaba los grupos, buscaba los mejores corredores para mi equipo y poder ganar, con un sentido de competencia participativa, colaborativa... me disculpás que siempre todo lo estoy conceptualizando (dice sonriendo).



LP: ¿Cómo se mantuvo el liderazgo?

CELH: Uno de los principales elementos es la cultura de trabajo que tengo. Soy muy persistente en lo que hago, trato de hacer lo mejor posible, con mucha eficiencia y calidad. Le dedico mucho tiempo a las cosas que hago, puedo trabajar siete días hasta las ocho de la noche; llevo 13 meses sin descansar en la Procuraduría.



LP: ¿Lo de la conceptualización de dónde viene?

CELH: Me ha gustado escribir, conceptualizando todas las cosas que voy haciendo, he tenido un trabajo muy de base con la gente, pero a la vez creando conceptos, categorías sociológicas y jurídicas de ese trabajo que me ha permitido hacer investigaciones, diagnósticos y hasta libros.



LP: ¿Algún factor familiar?

CELH: Mi mamá es una pequeña comerciante y mi papá un maestro de generaciones, de ambos aprendí mucho. De mi mamá el amor al trabajo, la disciplina laboral, el sacrificio personal, la superación. De mi papá el hábito de la lectura, yo me dormía todas las noches y él se quedaba leyendo, me decía que si yo quería ser alguien en la vida tenía que leer. Les agradezco lo que me enseñaron y le agarré la onda a ambos.



LP: ¿Qué temas prefiere leer hoy Carlos Emilio?

CELH: Prefiero temas aburridos, sociología, filosofía, economía, religión, me gusta mucho la literatura que tiene que ver con la realidad de los países.



LP: ¿Hay temas menos aburridos?

CELH: Lo menos aburrido que leo es a veces un poco de poesía.



LP: ¿Lo mismo en la escritura?

CELH: Lo mismo, todos mis escritos, mis ensayos, mis libros están vinculados con los Derechos Humanos, con los análisis sociojurídicos, con estudios de la realidad, escribo poesía pero tampoco la he publicado, es una cuestión que la tengo...



LP: ¿Pendiente u oculta?

CELH: Oculta.



LP: ¿La piensa publicar algún día?

CELH: Alguna vez, pero si te digo el tema te sorprenderías.



LP: ¿Por qué?

CELH: Es una especie de poesía erótica



LP: ¿Pero por qué debería sorprenderme?

CELH: Porque es un tema que no tiene mucha vinculación con las cosas que he hecho y con las cosas (publicadas) que escribo, no es poesía vulgar, no tiene absolutamente nada que ver con pornografía ni con ninguna de esas cosas, tiene que ver mucho con filosofía de la vida, con... (una larga pausa) ... yo pienso que la vida es una guerra entre el Tanatos y el Eros, entre el Dios de la Muerte y el Dios de la Vida, del amor, del placer, de la felicidad.

El Tanatos es el Dios de la guerra, de la ambición. Es una poesía que tiene que ver con el placer, con la vida. Tiene que ver con una filosofía, una lectura de la vida que está divorciada de la agresión, de la contaminación, de la comercialización; hoy todo tiene un precio, una etiqueta, tiene que ver con la libertad humana, con vivir con placer. 

Publicado en La Prensa por Wilder Pérez R. el 18 de marzo del 2001

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