Pero es un razonamiento de locos —exclamó la ninfa—. Es como si pretendieras que esta astilla de pino es más importante que yo misma porque la utilizo para mondarme los dientes. La mujer, y no el hombre, es siempre la principal: ella es el agente, él siempre el instrumento. Ella da las órdenes, él obedece. ¿No es acaso la mujer quien elige al hombre y le vence con la dulzura de su presencia, y le ordena que se acueste boca arriba en el surco y allí, cabalgando sobre él, como sobre un potro salvaje domado a su voluntad toma de él su placer y cuando ha terminado le deja tumbado como un hombre muerto? ¿No es la mujer quien gobierna en la cueva, y si cualquiera de sus amantes la enoja por su malhumor o su pereza le amonesta tres veces consecutivas para que coja todas sus cosas y se marche al alojamiento de su hermandad?
Estimado se escapó del Facebook, será que no soportó la crítica?
ResponderEliminarPero es un razonamiento de locos —exclamó la
ResponderEliminarninfa—. Es como si pretendieras que esta astilla de pino es más
importante que yo misma porque la utilizo para mondarme los dientes. La mujer, y no el hombre, es siempre la principal: ella es el agente, él
siempre el instrumento. Ella da las órdenes, él obedece. ¿No es acaso
la mujer quien elige al hombre y le vence con la dulzura de su
presencia, y le ordena que se acueste boca arriba en el surco y allí,
cabalgando sobre él, como sobre un potro salvaje domado a su voluntad
toma de él su placer y cuando ha terminado le deja tumbado como un
hombre muerto? ¿No es la mujer quien gobierna en la cueva, y si
cualquiera de sus amantes la enoja por su malhumor o su pereza le
amonesta tres veces consecutivas para que coja todas sus cosas y se
marche al alojamiento de su hermandad?