Ven y camina con la corona de la vida
Preocúpate solo por la corona de la
vida, esa se obtiene no por llegar primero o en primer lugar, sino por recibir
la vida del dador de la vida.
Sos merecedora o merecedor de la corona de la vida, no por tu belleza
física, sino por tu belleza interior.
Esta corona se obtiene no por ganar
nada, sino por apoyar a que otros y otras ganen.
Esta corona se obtiene no por derrotar a
nadie a golpes, no es un cinturón de boxeo, se lleva por promover la paz
Esta corona no es de oro, ni de
diamantes, es de un material incorruptible.
Esta corona no es un símbolo de poder,
es un olivo de paz, de servicio, de entrega.
Esta corona no es para lucirla de forma
individual, es mágica, es para ponérsela a cada persona que encuentres con
sentimiento de derrota y la hagas sentirse triunfadora.
Esta corona invisible, te da la fuerza
para alcanzar todas las metas individuales y ser un protagonista solidario de
metas colectivas.
Esta corona te hace andar erguid@,
orgulloso@ de tu identidad, tu personalidad, tu esencia y tu ser.
Carlos Emilio López Hurtado
8 de julio de 2015
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