Gratitud al Señor de regreso en Cuba
Gracias Señor, porque me trajiste de
nuevo a Cuba con una fe renovada, con la confianza de que todo saldrá mejor.
Gracias Señor, porque me acompañaste en
todo el proceso de rehabilitación física; haciendo primero que saliera de la
cama, que me pusiera de pie, que lograra estar un minuto, diez, treinta,
sesenta minutos de pies. Que lograra pararme en las barras paralelas, que
pudiera levantarme, acostarme y caminar con el fijador. Que pudiera desplazarme
con muletas y andador por toda el Hospital, la Habana y Nicaragua; dando
primero algunos pasos, luego diez, treinta, cincuenta, cien, quinientos pasos,
metros...
Gracias Señor, porque me acompañaste
para que me quitaran los fijadores.
Gracias Señor, porque ahora puedo
caminar y andar en tus caminos.
Mi lema en todo este proceso ha sido
“Talita Cumi”, Levante y Anda.
Gracias Señor, por hacerme caminar por
mí, en mí y para ti.
Gracias Señor, porque me diste la fuerza
para soportar la carga, peso e incomodidad del fijador metálico por casi 9
meses, desde el 12 de Julio del 2012 hasta el 4 de Abril del 2013.
Gracias Señor, porque me diste la
paciencia y fortaleza para dormir, comer, trabajar, bañarme y hacer todas las
cosas de la vida cotidiana con ese fijador tan incómodo y pesado.
Gracias Señor, porque me diste la
inspiración y resilencia para trabajar en la Asamblea Nacional, para participar
en los debates de las Comisiones de Justicia y Asuntos Jurídicos y de Mujer,
Niñez, Juventud y Familia y la templanza para intervenir en el Plenario del
Legislativo; así como para dar declaraciones y entrevistas a medios de
comunicación dentro del edificio parlamentario y en los propios locales de la
prensa nacional. También me diste Creador, la energía para participar en
actividades políticas del partido y buscar consensos e iniciativas sociales y
legislativas con iglesias, organizaciones, foros y redes sociales.
Gracias Señor, porque me diste la
creatividad y dinamismo para interactuar con la ciudadanía, el electorado,
amigas, amigos, hermanas y hermanos en la fe.
Gracias Señor, porque me diste la
agudeza mental y capacidad física para seguir y avanzar en el doctorado de la
UCA, a pesar de todos los obstáculos administrativos de la universidad.
Gracias Señor, porque me diste el amor
para reencontrarme y acercarme a Carlos Evo, Wanki y la Camilia; así como con
mi mamá y papá.
Gracias Señor, porque todo este tiempo
me cuido Mauricio, mi antiguo compañero y conductor en la Procuraduría para la
Defensa de los Derechos Humanos.
Gracias Señor, porque me diste la
renovación espiritual para acercarme más a la iglesia, por medio de encuentros
con muchos pastores y mi participación en el Centro Cristiano Apostolar que
pastorea el Reverendo Augusto Cesar Marenco, mi amigo y guía espiritual.
Gracias Señor, porque me tocaste el alma
para acercarme y alimentarme cada día de tu palabra y de tu Espíritu cada
momento, que es lo que me dio el sostén para sobrevivir, revivir y resurgir
después de ese horrible accidente y de andar colocado ese tedioso fijador por
tantos meses.
Gracias Señor, porque con esa fuerza
espiritual me trajiste por segunda vez a Cuba, siempre con la compañía de María
Lily y el Pastor Josué que estuvo conmigo 4 días, Gracias Señor porque en todos
estos meses he tenido el ilimitado e ininterrumpido amor de María Lily, eso me
ha sanado más que cualquier medicina.
Gracias Señor, porque de todos los
exámenes que me practicaron; sangre, orina, heces fecales, corazón, pulmón,
sistema respiratorio, los huesos de la pierna izquierda, etc. En todos los
resultados salí bien y arrojaron que estaba apto para que se me retirara el
fijador.
Gracias Señor, porque me diste la
paciencia para esperar el 4 de Abril, desde las 6 de la mañana a la 1 de la
tarde para que me retiraran el fijador. Gracias Eterno porque ese día tú me
operaste y todo salió a la perfección.
Gracias Señor, porque no sangre mucho
durante y después de la operación o retiro del fijador.
Gracias Señor, porque las placas de la
pierna según el Profesor Álvarez Cambras, muestran que los huesos están
alineados y reestructurados, incluyendo la rodilla que estaba totalmente
deformada; así lo pude ver yo mismo en esas radiografías.
Gracias Señor, porque empezaste a
recuperar los movimientos por medio del fisioterapeuta Félix Regalado Ortiz.
Gracias Señor, porque cada día en Cuba
veo como me haces revivir la pierna y cada partícula suya recobrando la
elasticidad, lubricación, articulación y movimiento de los huesos, tendones y
músculos.
Gracias Señor, porque regreso a
Nicaragua caminando con muletas.
Gracias Señor, porque me has dado la
confianza en ti, que me vas a hacer recuperar totalmente los movimientos de la
pierna.
Gracias Señor, porque me has permitido
leer muchos libros poéticos, literarios, histórico, sociales y políticos que me
han enriquecido para seguir construyendo con tu guía un plan de vida, ligado a
la transformación de la sociedad.
Gracias Señor, porque este mes en Cuba
me has hecho acercarme más a ti, a mí mismo y a seguir refundando mi vida
Gracias Señor, porque este tiempo he
renovado mi amor por mi mama, papa, hija e hijos.
Gracias Señor, porque este mes me ha
permitido acercarme más a María Lily y pensar en todo lo que es bueno para
ella.
Habana, Cuba
Carlos Emilio López Hurtado
16 de Abril de 2013
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