Espíritu Eterno.
La gente en el mundo no muere de hambre por falta de comida; sino por falta
de accesibilidad y disponibilidad de alimentos sanos.
La gente en el mundo que vive con el VIH
no muere por el virus; sino por el estigma y la discriminación que sufren.
La gente en el mundo que muere de sed,
no fallece por falta de agua en el planeta; sino por la contaminación, la
desertificación y por nuestra enemistad con la madre tierra.
La gente en el mundo que se enferma, no es solo por el mal funcionamiento del
sistema biológico del cuerpo; sino por llenarse de envidia, rencores, por los
malos hábitos y por no vivir en armonía consigo mismo y con su prójimo.
La gente en el mundo que envejece, no es
tan solo por el paso de los años; sino por falta de esperanza, alegría, paz
interior y por no tener el Espíritu Eterno.
Carlos Emilio López Hurtado
15 de agosto de 2015
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